Generar una relación de tú a tú que conlleve beneficios para la marca y los clientes es la premisa.

Conectar y mantener una relación con los clientes es algo cada vez más relevante para las marcas. Es que aunque las compañías tengan como objetivo vender más, ¡tener los mejores productos o servicios ya no es suficiente!

Actualmente las personas buscan experiencias, por lo que la generación de éstas será un factor clave a la hora de generar una compra o fidelizar a los clientes.

¿Cómo comunicarte con tus distintos públicos?

No te expresarás de la misma manera ni darás el mismo mensaje a un médico, a un encargado de compras de un centro hospitalario, a un farmacéutico o a un paciente. Cada uno de ellos se mueve por distintas motivaciones, por lo que, evidentemente, es imposible conectar con todos con un único mensaje.

Pero para poder generar un mensaje acorde a cada uno de los públicos, primero tienes que saber a quiénes te diriges, entrando en juego las 3 etapas del marketing relacional o marketing directo:

  1. IDENTIFICAR: Puede que tengas miles de ventas mensuales, ¿pero sabes realmente quiénes son tus compradores? En marketing relacional lo primero es saber quiénes son tus clientes o prospectos, identificándolos a través de un punto de contacto donde poder encontrarles (e-mail, teléfono o dirección serían los datos más utilizados) o, en el caso del último grupo, existiendo la posibilidad de crear, alquilar o comprar una Base de Datos del target.
  1. CUALIFICAR: Una vez que ya tienes cómo contactarlos, toca entender cómo son. Aquí deberás tener muy claro qué es lo que quieres saber, teniendo en cuenta la relevancia de esa información para cumplir tus objetivos de negocio.

Una vez sepas qué es lo que necesitas, tendrás que ver cómo conseguir esta información, lo que puede hacerse de una sola vez o de manera escalada.

  1. RELACIÓN: Una vez que ya tienes cómo contactarlos y sabes información sobre ellos, puedes segmentarlos y crear clusters según información sociodemográfica, variables actitudinales, localización, necesidades, comportamientos, miedos, logros, etc.

Con esto, puedes empezar a comunicarte y establecer vínculos duraderos para fidelizar a tus clientes.

¿El reto? Hacerlo pasar de la satisfacción hasta la recomendación de tu marca a terceros, teniendo cuenta que entre ambos puntos están el diálogo, la repetición de compra y la cuota relativa.

En definitiva, con el marketing relacional puedes generar vínculos duraderos a través del beneficio mutuo, ganando tanto la empresa como el cliente”.

¿Qué mejor?

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