La automedicación es el uso de medicamentos sin prescripción y supervisión de un profesional en salud, por iniciativa propia de las personas.

Hay varios factores que pueden influir en este fenómeno, como la facilidad del uso y libre disposición de los medicamentos, así como falta de educación a la población en general y la utilización de Internet y redes sociales, donde no hay ningún filtro de la información brindada y muchas veces en lugar de informar pueden generar confusiones.

Todos los organismos reaccionan de manera diferente a las enfermedades, factores como su edad, estilo de vida y herencia influyen la respuesta, por tanto es importante que los medicamentos sean prescritos por un médico que cuenta con los conocimientos necesarios para tomar la mejor decisión después de analizar al paciente. Los farmacéuticos actúan como personal de apoyo en la labor del médico.

Algunas complicaciones de la automedicación pueden ir desde agravar la enfermedad que se padece, ya sea por anular y aumentar los efectos de otros medicamentos que la persona está tomando, reacciones alérgicas, resistencia bacteriana, efectos cardíacos, dermatológicos y gastroinstestinales. En los casos más severos, incluso puede llevar a la muerte por la incapacidad del organismo de reaccionar ante el medicamento.

La automedicación es parte de la cultura en la mayoría de países, donde cada vez más las personas deciden hasta aconsejar al vecino o familiar para que tomen cierto medicamento que las ha funcionado en el pasado o incluso hasta lo comparten. Una búsqueda en Internet o preguntas en redes sociales son suficientes para decidir cuál medicamento tomar.

Es importante que las autoridades sanitarias de cada país en conjunto con los profesionales de salud fomenten el uso racional de los medicamentos por medio de campañas de educación a la población, para disminuir la práctica de la automedicación y sus consecuencias.

 

 

Ana Cecilia Arce Brenes

Máster en Marketing Farmacéutico, UPF BSM. 

 

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