¿Pepsi o Coca-Cola?

De unos años atrás hasta el día de hoy, la forma en que nos llegan los miles de impactos publicitarios cada día ha evolucionado de una forma en que, el que “pica” dos veces no es el primero que llega sino el que mejor sabe manejar el cuadro de mandos: el cerebro humano.

La presencia actual de compradores más sofisticados y exigentes y la existencia de una competencia más fuerte, ha experimentado una evolución de tal magnitud que la actividad del marketing tradicional sustentada hasta el momento en conocimientos procedentes de otras disciplinas, ha dejado paso a una nueva disciplina basada en la Neurociencia y Neuropsicología: el Neuromarketing. Y es que, al igual que en un cuadro de mandos, las emociones toman el poder en el control de nuestras decisiones.

¿Pepsi o Coca-Cola? ¿iOS o Android? ¿Audi o BMW? Si bien son muchas las similitudes y características que nos pueden ofrecer los diferentes productos de una determinada categoría, lo que cada uno de ellos representa en nuestras mentes es el resultado de un proceso individual construido en base a no sólo las características del propio producto -su estética, su precio, etc.- sino también de nuestra experiencia sensorial sobre ellos. Las emociones forman parte de esta experiencia y provocan una  serie de comportamientos por debajo de nuestro umbral de conciencia: la compra o no de un producto o servicio.

¿Por qué compramos un alimento y no otro? El Neuromarketing da respuesta a cuestiones como esta donde, sin ser conscientes de todo ello, detalles como el sonido que produce un alimento en nuestra boca al morderlo es tan o más importante que su propio sabor y aroma.

En este sentido el Neuromarketing se ha hecho un hueco en el nervio de la venta, llegando directamente al control de nuestras decisiones (cerebro primitivo) solamente a través de las emociones.

Thaïs Serra

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