Este año, aunque se han hecho de rogar, al fin ha llegado el frío y la nieve. Este momento es celebrado y bienvenido por los miles de esquiadores que esperan impacientes a que las temperaturas se desplomen pero también ha despertado de su letargo al virus de la gripe que ha encontrado las condiciones óptimas para campar a sus anchas y provocar una epidemia, dejando tras de si un rastro de enfermos y colapsando los servicios de urgencias de los hospitales.
Este hecho – al igual que España no ganará Eurovisión- se sabe que pasará cada año. Es por eso que, año tras año, se genera la campaña de vacunación, que según el comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría, no acaba de ser del todo efectiva. En concreto, nos indica que la cobertura vacunal ha sido del 55,7 % en mayores de 65 años, del 27,6% en mujeres embarazadas y del 31,3% en profesionales sanitarios. Parece ser que la campaña de marketing, basada sólo en carteles informativos, no tiene el impacto deseado. Yo mismo, profesional sanitario no vacunado, sería un completo ignorante de dicha campaña, si no fuera gracias al artículo que estoy escribiendo.
En los tiempos que corren es extraño que la campaña de marketing a cerca del virus Influenza -tan importante para la salud pública- se centre sólo en unos cuántos carteles pegados en los centros de salud. Está claro que la utilización de los medios digitales permitiría llegar a un espectro mucho más amplio y de manera más efectiva de lo que se está haciendo ahora. Nadie está diciendo que lo que se ha hecho hasta ahora no sirva para nada y no deba hacerse. Pero abrir nuevas vías de comunicación mejoraría notablemente el impacto. El peso que tienen las redes sociales y los smartphones en el día a día de mayores y jóvenes hace que tengan que estar en mente de cualquier campaña de marketing que pretenda llegar a tan amplio espectro de población.
Esperaremos a ver si el año que viene las cosas siguen igual o el sistema público de salud mejora en innovación.
Máster en Marketing farmacéutico de BSM de la Universidad Pompeu Fabra.