Un 60% de la población tiene alergias o intolerancias a algún alimento. Aunque los síntomas puedan parecerse de una persona a otra, no siempre comparten la misma causa. En este post se abordan las diferencias.

Desde siempre las personas hemos consultado a los médicos por molestias digestivas de todo tipo. Se nos decía que no hacíamos una buena digestión, que acumulábamos gases, que podíamos tener una gastritis crónica o se atribuía a un posible síndrome del colon irritable. La mayoría de las veces se nos recetaban antiácidos o antiespasmódicos que acaban siendo ineficaces. 

Últimamente, sin embargo, se han empezado a investigar posibles intolerancias a alimentos, o incluso valorar que los pacientes con malestar digestivo pudieran padecer algún tipo de alergia alimentaria. De hecho, las últimas investigaciones epidemiológicas en este sentido calculan que alrededor del 60% de la población sufre reacción a algún alimento que no suele ser grave, pero si resulta bastante molesto.

Esto significa una gran mejora para todas aquellas personas que estaban tratadas de manera incorrecta. Aún falta tiempo para llegar a normalizar supermercados, restaurantes,… No solo por la parte económica; sale muy caro tener una intolerancia alimentaria; puesto que cualquier producto o alimento tiene un precio superior a su equivalente “con alérgenos”, si no también por la variedad. Poder ir a cualquier sitio y poder pedir o comprar sin tener que buscar la pequeña estantería específica por ejemplo.

 

Iris Bahima

Máster en Marketing Farmacéutico de la BSM UPF

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