El pasado 3 de enero, recién entrado el nuevo año, despertábamos con una gran noticia en el mundo farmacéutico: La adquisición -fusión- de Celgene por parte de Bristol-Myers Squibb por nada menos que 65.000 millones de euros. (74.000 millones de dólares).

Celgene, empresa estadounidense biotecnológica pionera en el desarrollo y comercialización de productos oncológicos a nivel mundial, pasa de esta manera a formar parte de la gigante Brystol-Mayers, compañía farmacéutica especializada en el tratamiento de enfermedades graves.

La lucha contra el cáncer se ha convertido en la principal área de negocio de las compañías farmacéuticas, que solo durante el 2017 ingresaron más de 96.000 millones de euros con la venta de tratamientos oncológicos. Sin embargo, el aumento en los costes de I+D para lanzar nuevos fármacos es extremadamente alto y muchas compañías no pueden hacerle frente.

Debemos ser conscientes de que nos hallamos ante un mercado en gran expansión. El gasto farmacéutico en los últimos años en el área de oncología se ha disparado debido a factores como el envejecimiento de la población o a que cada día debemos hacer frente a más tipos de cáncer. En esta última patología, además, no hay dos tumores iguales y la investigación avanza hacia el desarrollo de fármacos personalizados: los cuales son muy efectivos, pero en un rango de pacientes mucho menor, lo que dispara el coste de cada uno de ellos. Éste es sin duda un gran motivo al que podríamos atribuir el incremento de fusiones, pero no es el único.

Otro factor que predispone a que una empresa decida adquirir otra, puede ser la debilidad de su cartera de productos y que por ello se ve obligada a comprar otra empresa, con el fin de ampliar o recomponer su portfolio. Además, cabe destacar que las compras se producen fundamentalmente sobre empresas con un potente “Pipeline”; con moléculas en fases muy avanzadas de investigación y muy próximas a salir al mercado.

Si hablamos de datos, las ventas de medicamentos contra el cáncer crecen a un ritmo anual del 13%, lo que doblará los ingresos de las compañías en el 2024. Sin ir más lejos, la compañía Brystol-Myers obtuvo un beneficio neto de 4.952 millones de dólares (4.353 millones de euros) en 2018.

“Comenzamos 2019 con un buen impulso en nuestro negocio”.

“La compra de Celgene nos permitirá crear una compañía farmacéutica líder, con oportunidades a corto plazo significativas”. 

Giovanni Caforio, presidente y consejero delegado de BMS.

Ya es una realidad que nos encontramos en un nuevo posicionamiento por parte de las distintas compañías farmacéuticas en lo que a la lucha contra el cáncer se refiere. Comienza una gran carrera de compras y fusiones, lo cual sin duda alguna reducirá el mercado a unos pocos gigantes. Actualmente, cinco grandes compañías controlan el 60% de las ventas de medicamentos contra el cáncer en todo el mundo: “Roche”, “Celgene”, “Novartis”, “Bristol-Myers Squibb” y “Johnson & Johnson”, que pasan a ser 4 con la nueva gran adquisición.

No se trata de un cambio de era, sino de una era de cambio en el mercado oncológico farmacéutico a nivel mundial, dónde la estrategia de las distintas compañías adquiere el papel protagonista en el porvenir de éstas.

Ignacio Hernández Sola

Máster en Marketing farmacéutico de BSM de la Universidad Pompeu Fabra. 

Share Button