Rebranding: el lavado de cara de la industria farmacéutica
El tiempo avanza igual para todos, por lo que las empresas farmacéuticas deberán adaptarse al siglo XXI o morir. Como diría Darwin, evolución.
El rebranding es una estrategia de marketing que implica cambios radicales en la marca a través de la creación de un nuevo nombre, término, símbolo, diseño o combinación con la intención de hacer lo que se conoce como “un lavado de cara” y diferenciar su identidad frente a sus distintos stakeholders.
En este tipo de estrategia se puede apostar por un cambio radical y hacer borrón y cuenta nueva, o inclinarse hacia una transformación basada en la continuidad.
Y puede deberse principalmente a dos causas, relacionadas con un componente más estratégico que de diseño: una adaptación a la evolución de las tendencias y del consumidor o bien, para responder a una desviación de los objetivos planteados con la necesidad de reposicionarse y distanciarse de connotaciones negativas o no apropiadas de la marca anterior.
Este proceso requiere estudiar una serie de puntos que permitan conocer todos los aspectos positivos y negativos vinculados a la marca, con la intención de poder saber qué reaprovechar y qué eliminar en esta transformación:
- ENTORNO Y TENDENCIAS DEL MERCADO: Saber quién y por qué destaca.
- POSICIONAMIENTO: ¿Qué siente el consumidor frente a esta marca?
- LA IDENTIDAD VISUAL: basada en los colores, el tono, la claridad y el equilibrio global.
El rebranding también se puede dar a gran escala. Un gran ejemplo es el cambio logotipo de la farmacéutica Merck, pasando a uno más moderno, dinámico e innovador que la lleva de ser un proveedor clásico de productos farmacéuticos y químicos a ser una compañía tecnológica enfocada en las tendencias tecnológicas digitales.
Otra compañía en tirarse a la piscina ha sido el Grupo Ferrer, dejando atrás el concepto grupo para quedarse sólo con Ferrer. Así, se reafirma como una sola compañía internacional que trabaja con el objetivo de impulsar el bienestar de la sociedad.
En definitiva, el rebranding se convierte en un conjunto de expectativas, memorias y asociaciones que, finalmente, se convierten en una promesa, consiguiendo dar así un carácter único y exclusivo a esa marca.