Por Alex Sanmartin

La coyuntura actual invita a pasar por momentos de reflexión donde el cambio cobra especial protagonismo. Y es que la incertidumbre puede llegar a ser un gran aliado. Según John F. Kennedy “cuando se escribe en chino, la palabra “crisis” se compone de dos caracteres. Uno representa peligro y el otro oportunidad”. No hay más que ver como el Covid-19 está acelerando un proceso de transformación digital que afecta de lleno al sector de la salud y a la industria farmacéutica cuya inversión en innovación es cada vez más palpable. Por ejemplo desarrollando pastillas digitales para mejorar la adherencia o el uso de apps que permiten geolocalizar pacientes. Como es el caso de Korea, donde gracias a una aplicación para smartphones desarrollada por el Ministerio de Interior y Seguridad llamado “self-quarantine safety protection” ha permitido frenar la curva de contagios y evitar el colapso de los hospitales. 

Los grandes monstruos de la tecnología son conscientes de la oportunidad que conlleva innovar en salud y su introducción en este campo está trayendo cambios revolucionarios. En 2018 Amazon adquirió Pillpack, líder americano en la distribución de medicamentos, permitiendo enviar a sus clientes paquetes personalizados. Además, a través de su asistente virtual Alexa se ofrece el servicio de consulta médica en la reputada Clínica Mayo. Por otro lado, Microsoft anunció en 2019 un acuerdo estratégico de colaboración con Walgreens, la segunda mayor cadena de farmacias de EE.UU, con establecimientos tanto de venta al público como de entrega de material sanitario a doctores, hospitales y otros centros de salud cuya infraestructura tecnológica pasará al servicio de computación en nube de Microsoft.  

La innovación proporciona una clara ventaja competitiva

Steve Jobs dejaba claro que la innovación no es una cuestión de dinero sino de personas. Si nos fijamos en nuestro sistema sanitario podemos darnos cuenta de que no es sostenible. La población se está envejeciendo y las patologías graves se están curando lo que está aumentando significativamente el volumen de pacientes crónicos. Y en este contexto es donde la innovación juega un papel relevante ya que permite aportar soluciones para hacer que el sistema sea más eficiente. Asimismo, las compañías farmacéuticas se han dado cuenta que innovar proporciona una clara ventaja competitiva. No solo es capaz de mejorar resultados o de incrementar la eficiencia comercial, sino que además ayuda a captar mejor talento y consigue motivar a los empleados a querer cambiar el futuro de la compañía. Por esta razón, la innovación se está convirtiendo en una competencia que los laboratorios farmacéuticos más valoran de sus empleados. Algo que afecta hoy en día por igual tanto a directivos como a recién graduados. 

Para los profesionales de marketing la innovación permite especialmente buscar formas de segmentar a los clientes, mejorar la manera en que vamos a distribuir un fármaco, ofrecer nuevas alternativas que mejoren la relación con nuestros públicos objetivos, desarrollar actividades que ayuden a la red de ventas a conectar con los prescriptores, reinventar el tratamiento de un fármaco, encontrar nuevas indicaciones de fármacos maduros o incluso utilizarlo en nuevos mercados. La clave está en encontrar soluciones a los retos a los que la salud y la medicina se enfrentan llegando a ser mejores profesionales cada día. ¿Y tú, qué retos estás dispuesto a liderar? 

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