Por Alejandro Costa

En la última década, la Industria Farmacéutica ha experimentado un desplazamiento progresivo e irreversible de su centro de gravedad estratégico, situado principalmente en las áreas comerciales, hacia equipos multidisciplinares en los que también se incluyen departamentos Médicos y de Market Access.

Este cambio se ha producido por dos razones principales. A nivel externo, por los efectos de la grave crisis económico-financiera del 2008 que llevó a estados como España al borde de la quiebra. Así, se tuvieron que aplicar políticas de contención del gasto en casi todas las partidas, especialmente las relacionadas con la factura farmacéutica por su peso específico en los presupuestos de las Comunidades Autónomas. Por otro lado, a nivel interno, por llegar al final de la era de los blockbusters, una vez cubiertas las enfermedades más prevalentes.

En consecuencia, la Industria ha tenido que hacer los deberes, reposicionándose como el verdadero agente de salud que es y adaptando el eje de sus estrategias de acceso. El objetivo: trasladar a los gestores públicos los beneficios terapéuticos de los nuevos fármacos, no solo en términos clínicos, sino también farmacoeconómicos. Todo ello bajo unas condiciones de negociación más exigentes, con elementos como los visados o las restricciones de dispensación.

Esta situación ha supuesto un claro avance hacia modelos de decisión donde el centro se sitúa en el bienestar de los usuarios y la eficiencia del SNS. Y para ello, es imprescindible reivindicar e implicar, no solo a los profesionales sanitarios, sino también y sobre todo, a los pacientes, el objetivo final de cualquier política sanitaria. ¿Quién sino ellos y sus cuidadores conocen las dificultades de convivir con la enfermedad?

El Ministerio de Sanidad va a impulsar la creación de un Comité de Pacientes y Usuarios para principios de este 2021

El Estado parece haber reaccionado. Los Ministerios de Sanidad y Política Territorial han previsto en el sí de su Plan de Gobierno Abierto 2020-2024, la creación de un Comité de Pacientes y Usuarios para principios de este 2021, un órgano de asesoramiento para la participación de las asociaciones de pacientes y usuarios del Sistema Nacional de Salud.

Sus funciones principales consistirán en:

  • Asesorar sobre materias que resulten de especial interés para el Ministerio.
  • Formular propuestas sobre los proyectos normativos con rango de ley, cuando se les consulte, así como sobre los Planes Integrales que se desarrollen.
  • Conocer y opinar las disposiciones y acuerdos del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que puedan afectar a las necesidades de pacientes y usuarios.

Parece ser que la pretensión del Ministerio es ir más allá de la creación de dicho órgano. Y es que ha manifestado su compromiso de integrar a asociaciones de pacientes en las comisiones y grupos de trabajo vinculados a la elaboración y actualización de las Guías de Práctica Clínica, instrumentos de especial importancia para el acceso, prescripción y uso de los medicamentos en los pacientes.

En los próximos tiempos, cabe esperar una “re-humanización” del acceso de los nuevos tratamientos, en vistas del camino emprendido por la Administración hacia un decisión-making más multidisciplinar y holístico. Una nueva perspectiva que puede ser aprovechada por la Industria a la hora de negociar, teniendo en cuenta que los pacientes participarán, por primera vez, en la mesa de decisión.

En conclusión, una ventana de oportunidad para hacer llegar la propuesta de valor terapéutico a los usuarios finales, aumentando la probabilidad de conseguir condiciones de precio y financiación más favorables.

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