La publicación del proyecto de Real Decreto que regulará la venta legal por internet de medicamentos de uso humano no sujetos a prescripción médica, y que está pendiente de las alegaciones presentadas, puede marcar un antes y un después para el sector de oficinas de farmacia.
Y es que, la venta de fármacos no sujetos a prescripción a través de Internet era una de las ventanas que dejó abierta en 2006 la Ley de Garantías y que quedó pendiente de desarrollo por parte del Gobierno.
Actualmente la venta por internet a farmacias es baja y los productos que se venden son principalmente de parafarmacia pero el proceso de compra por internet está creciendo de forma exponencial.
Existe un paciente con una motivación para la compra por internet, que se informa y ejerce el autocuidado de su salud. Para el laboratorio, trabajar este canal implica influenciar de la misma manera tanto al farmacéutico como al consumidor final, porque los dos se convierten en prescriptores con una importancia similar. El consumidor de la red tiene comportamientos diferentes: se informa a través de la red, opina, es capaz de hacer un análisis de la competencia…y decide. Este comportamiento tiene una tendencia evolutiva positiva y por lo tanto debemos prepararnos para asumir el reto del mundo 2.0 y verlo como una oportunidad. Un nuevo canal.
A mi entender, el impacto que supone el Real Decreto en la Oficina de Farmacia, dependerá del tipo de farmacia. Posiblemente para aquellas farmacias adaptadas tecnológicamente y con una venta online ya de productos de parafarmacia el impacto será mínimo. Debemos entender que el servicio ya le era más o menos rentable y se puede considerar farmacia experimentada en el mundo online. Para este tipo de farmacia supondrá un nuevo canal, que se abre también para estos productos, para potenciar ventas y acceder a nuevos clientes.
En cambio, para farmacias que todavía no se han introducido en el mundo 2.0, este Real Decreto supone una más estricta regulación. La farmacia deberá hacer inversiones económicas (web adaptada a nuevos requerimientos, notificación de alta de servicio, …) y en recursos humanos (deberán guardar un registro en la oficina de farmacia con los pedidos realizados durante un año, asesoramiento farmacéutico que requiere más tiempo, transporte,…). Es un servicio voluntario que el farmacéutico debe valorar si se adhiere a él o no.
Con el RD, la AEMPS y las CCAA harán campañas informativas al consumidor final informándole del riesgo de navegar por páginas no seguras, pero a la vez incentivan indirectamente la compra por internet asegurando una garantía sanitaria en el proceso de compra. Esto podría incentivar las ventas por internet por parte de consumidores que no se atrevían hasta ahora por falta de seguridad sanitaria.