Desde hace un tiempo están desapareciendo los Product Manager Juniors, sustituyéndose por una nueva posición: la figura del becario.
Una estructura común en los departamentos de marketing de las compañías farmacéuticas podría ser aquella integrada por un Marketing Director, apoyado por unos Business Unit Managers y finalmente por Product Managers Seniors y Juniors.
De un tiempo a esta parte, en esta organización típica están desapareciendo los PM Juniors y se están sustituyendo por una nueva posición: la figura del becario.
Este nuevo cargo, para los que no lo conozcan, se ha instaurado en la mayoría de empresas -no únicamente las farmacéuticas- aprovechando la coyuntura socio-económica que estamos atravesando y escudándose en que se trata de una posición de “formación en la compañía” para facilitar la inserción al mundo laboral.
Desgraciadamente, lo que acaba sucediendo la mayoría de veces es que la dinámica y la carga de trabajo que soportan los supervisores o tutores de los becarios, les impide dedicarles el tiempo suficiente para una formación acorde con su estatus.
Si bien es cierto que gracias al trabajo que se les delega consiguen una experiencia y un bagaje en el sector muy valioso, se corre el peligro de confundir una posición que por definición debería ser de formación, por una de subcontrato; una situación que podría desembocar en una frustración para las y los becarios, quienes podrían percibir que su trabajo no está lo suficientemente valorado y recompensado.
Pese a todos los aspectos poco favorables de esta posición, gracias a los esfuerzos crecientes por parte del personal interno en involucrar a este nuevo cargo en la dinámica de trabajo de la compañía, y gracias al clima de compañerismo, el buen ambiente y la ayuda que se presta dentro del colectivo de becarios, se consigue sobrellevar el escenario y crear un clima de trabajo fantástico.