Una estrategia que aporta valor añadido y aprovecha al máximo las formulaciones ya existentes.

El tiempo de las compañías enfocadas en el desarrollo de “genéricos commodity” se está acabando poco a poco. La industria farmacéutica se está replanteando las estrategias de innovación a través de modelos más sofisticados, pero también creando productos llamados Súper Genéricos, que contienen el mismo principio activo que el anterior pero que se ven mejorados en su método de administración, dosis y/o combinación.

Incluso podemos hablar de New Therapeutic Entities (NTE): las nuevas indicaciones para la misma molécula después de que la patente ya ha caído. Algunos ejemplos son:

• Formas pediátricas.
• Combinación de dos o más principios activos.
• Diferenciada versión de liberación lanzamiento.

La ventaja de los Súper Genéricos es que aportan el valor añadido especial y por lo tanto tienen los precios más altos que el propio innovador en la etapa de madurez. Y aunque esta estrategia la realiza en general el fabricante de genérico, también podría ser utilizada por el innovador para alargar el ciclo de vida de la molécula.

Por supuesto, las barreras que encuentran estos medicamentos también son más fuertes y las inversiones han de ser más altas, pero es la manera de buscar el nicho del mercado para protegerse de las drásticas bajadas de precios.

Conceptos tan contradictorios como los genéricos innovadores o incluso genéricos de marca pueden sonar como oxímoron en el contexto tradicional, pese a que, por ejemplo en Europa del Este, las compañías de genéricos de marca tienen un peso importante en el mercado, habiendo obtenido la confianza de la población y de los médicos y, por tanto, permitiéndose el lujo de no bajar los precios de la misma manera que los otros genéricos.

Aunque parezca que el propósito final es la diferenciación para evitar la bajada de precio, los Súper Genéricos tienen impacto muy positivo en la mejora de las formulaciones existentes, aprovechándolas al máximo.

Viktoria Kudriavtceva