Desde  que estoy en el máster de Marketing Farmacéutico, hay un concepto que ha ido apareciendo constantemente: para vender no hay que centrarse en el producto sino en el cliente o, en nuestro caso, el paciente. Algo que parece muy básico, pero en lo que fallan muchas empresas a la hora de ponerlo en práctica.

El otro día estaba viendo una entrevista a una experta en usabilidad en la que explicaba los errores más comunes que cometen las empresas al crear una página web y daba consejos para sacarle el máximo partido posible. Y otra vez me quedé con la misma idea: pensar en el cliente.

Aquí dejo la entrevista (en inglés): webmarketingtoday.com

Los puntos clave se pueden resumir en:

– Muchas páginas web están diseñadas para el público general, mientras que sus productos o servicios van dirigidos a un tipo específico de clientes. Deberíamos conocer cuál es ese tipo de clientes y diseñar la página pensando en sus necesidades.

– Encabezados que apelen a las emociones y motivaciones además de describir lo que se puede encontrar en su página.

– Diferenciar título y encabezado. El título sirve para que el usuario pueda encontrar nuestra página, el encabezado tiene que conseguir que quiera leer más.

Llamar a la acción. Siempre que se pueda, personalizar los botones. Por ejemplo, cambiar el “Enviar” que sale por defecto por “Comprar” o el término que más se ajuste a la acción que va a realizar el usuario.

– No colocar los menús en lo más alto de la página, sino debajo del banner con el logo o la información de la página, para asegurarnos de que son visibles (ver Banner blindness).

– Hacer pruebas para detectar problemas posteriores y para comprobar que el usuario entiende de qué trata la página.

Mi conclusión es que si siempre ha sido importante tener en cuenta el punto de vista del cliente, ahora con el marketing digital no sólo no debemos olvidarnos de él, sino todo lo contrario. El mundo online nos proporciona una oportunidad que antes era inimaginable para conocer a los clientes y para darnos a conocer. Podemos fácilmente estar en contacto con el público, conocer sus necesidades y recibir feedback sobre productos y compañía. Es una oportunidad que no hay que desaprovechar y las empresas que no se adapten a esta nueva forma de hacer marketing no tienen un futuro muy prometedor. Renovarse o morir.

Ana Hidalgo

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