Yendo mucho más allá del entretenimiento, una de las principales consolas del mundo está siendo utilizada en el ámbito de la salud.

Xbox es una de las consolas más populares en el mundo, con 118 millones de unidades vendidas desde 2001. En el mismo año de su creación, Microsoft, la empresa tras esta videoconsola, lanzó Kinect, un sistema que con sensores de movimientos permitía a los jugadores dejar de lado los tradicionales controles y utilizar los movimientos de su cuerpo para jugar.

Videjuegos para el tratamiento de la esclerosis múltiple

Postdoctoral researcher Peter Kontschieder (Photo by Jonathan Banks).

Esta innovación generó inmediatamente interés en la Unidad de Neurociencia de Novartis, que vio la potencialidad de aplicar este sistema en el diagnóstico y seguimiento de la esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que afecta a 2,3 millones de personas en el mundo.

Los pacientes que padecen esta afección van perdiendo paulatinamente coordinación, equilibrio y se debilitan sus músculos. Tradicionalmente, para ver el estado de evolución de la enfermedad y su tratamiento, el neurólogo examinaba los movimientos del paciente y los comparaba con una escala estándar.

Sin embargo, los investigadores constataron que a pesar de los esfuerzos de los médicos especialistas, la valoración podía ser muy subjetiva: al ver el mismo movimiento, dos neurólogos lo interpretaban de manera muy diferente, calificando uno con un “1” y otro con un “2”.

La cámara de Kinect, en cambio, puede reconocer hasta los movimientos más sutiles que realiza el paciente. Así, el sistema recoge fotografías y datos para comparar con las tablas modelos, permitiendo evaluar de manera objetiva la progresión de la enfermedad y medir la eficacia del tratamiento.

Con toda esta información, es que finalmente el neurólogo puede tomar las decisiones más adecuadas para cada paciente con esclerosis múltiple.

Eva Ramos

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