Las compañías farmacéuticas y las redes sociales
Todos sabemos que las compañías farmacéuticas son de tradición conservadurista, pero cada vez son más conscientes que se tienen que adaptar y aprovechar todas las herramientas que nos puede facilitar internet.
La noticia publicada en COMunicación en Salud nos habla precisamente de la relación de las compañías farmacéuticas con las redes sociales e internet.
El artículo nos dice que las redes sociales van mucho más allá de Twitter, Facebook, blogs y del número de seguidores que las compañías puedan tener en ellas. Las herramientas que podemos usar en internet son varias y nos tienen que ser útiles no tan solo para difundir información de manera unilateral, sino que tendríamos que ser capaces de poder interactuar bilateralmente y de esta manera poder extraer información para nuestro propio beneficio.
En este sentido, la noticia se hace eco que estas herramientas se pueden usar de dos maneras: de forma interna (empleados de la compañía) o de forma abierta (donde participaría todo el mundo).
Las grandes compañías farmacéuticas han empezado a utilizar redes sociales a nivel interno, como Yammer, Microsoft Share Point o Spigit, para poder interactuar con todos sus empleados y para que cada uno pueda aportar su granito de arena mediante ideas que puedan ser de gran ayuda para la compañía. Estas ideas son analizadas y pueden llevarse a cabo en función de su utilidad y aplicabilidad. Y no solo esto, también podría ser de gran utilidad para informar sobre datos de la competencia que nos pudieran servir como herramientas para prevenir amenazas o datos sobre las necesidades de médicos, autoridades sanitarias o pacientes, que nos pudieran servir pare enfocar nuestros objetivos a cubrir sus necesidades.
Cuando nos trasladamos al mundo exterior hablamos de crowdsourcing innovation o innovación abierta. Está claro que abrir la puerta al mundo es una gran oportunidad de negocio pero a su vez se puede convertir en una herramienta que se nos escape de nuestras manos. Por este motivo, cuando nos abrimos al mundo, tendríamos que tener muy claro lo que queremos conseguir. La compañía Lilly fue una de las pioneras en utilizar una de estas herramientas, la Open Innovation Drug Discovery, donde permitía la interacción entre científicos de Lilly con investigadores externos para el desarrollo de nuevos fármacos.
Hay nuevas empresas como Transparency Life Science (TLS) que nacen con esta idea de inteligencia colectiva y hacen los proyectos con la ayuda proporcionada a través de todas las aportaciones que se realizan a través de las redes sociales.
Teniendo en cuenta que somos el futuro del marketing farmacéutico, tendríamos que ver que estos tipos de herramientas nos pueden ser de mucha utilidad. Son una manera de poder interactuar con el mundo exterior y saber dónde hay una necesidad a cubrir; y no tan solo esto, la interacción entre científicos de todo el mundo, nos puede permitir descubrir nuevas moléculas o ayudarnos a la resolución de problemas. Con todo esto, podríamos conseguir la fabricación dirigida de fármacos para cubrir necesidades y no la investigación y fabricación de fármacos “al azar“, ya que este mundo, cada vez más, quiere fármacos útiles en lugar de me too’s.
Por último, la interacción interna entre marketing y los empleados de la misma empresa, creo que es una herramienta esencial porque nos pueden facilitar información externa sobre la competencia o ideas propias. Con toda esta información transmitida, nosotros hemos de ser capaces de poder actuar y hacer frente a cualquier amenaza, para prolongar el ciclo de vida de nuestros productos.